un duende sabio, guardián de los bosques,
detiene su marcha para observar
algunos humanos, mujeres y hombres
que no aprendieron a respetar…
a las aves, a la tierra,
el agua pura que da de beber,
el aire limpio que nos alimenta
o el ratoncillo que quiere correr.
Todos somos igual de importantes,
para la Vida no hay chicos ni grandes:
el árbol, la araña, el grillo y la flor
son seres vivos igual que yo.