Brindo con café por lo breves que fuimos,
por el poso que dejaste en mi memoria,
por aquel vuelo interminable en el que
nuestras canciones y tú erais mi único
equipaje…
Por el adiós que nunca nos dijimos.
Una tarde de café
le robó el sueño a tu noche,
cargada de ausencias.
Canciones como fantasmas,
acordes en pena vagando sobre tus cuerdas.
Rimas errantes buscando descanso eterno.
Cama con espinas,
luna de tequila y musas con resaca.
Diste a luz aquella noche
el principio del final,
ataste tu nudo a mi garganta.
Fuimos solo un relato inacabado,
risas de cafeína en tazas rotas.
Mi voz servida en tu guitarra,
un rato que acaba pronto
y no muere nunca.
Tu canción de despedida escrita
en mis ganas de quedarme…
un abrazo con puntos suspensivos.
Muy bueno, Ana.
Me gustaMe gusta
¡Cuánto me alegra que te guste! Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona