Éter

Se empeñan en buscar sobre mis hombros y encuentran solo un fantasma. No habita ahí mi cabeza. Ella se amanceba con mi alma, comparten lecho en el infierno de los soñadores.

NO SER parte. Aparte.

NO SER nada,

SER Éter,

SER universo en llamas

y temblar de FRÍO.

SER de nadie

y mendigar soledad.

SER a las multitudes

ronchas y estornudos.

SER incomprendida

sin querer despejar la ecuación.

…Desear más desear

nunca dio exacto.

Vivir encerrada en una plegaria

de dioses sin oídos

para que nadie

llame a la puerta.

…Perdonen si me declaro agnóstica.

A más lleno, más oquedad;

tampoco la Física es lo mío.

De nada sirve

llamarme por mi nombre…

yo vivo espaldas al sonido,

y ni siquiera sé si existo.

En vano es buscar la compañía

de una mera silueta,

una sombra,

una mentira entre rejas,

que siempre quiso SER aire.

Poema para dos

Eyacula tu seso en papel antiguo
con pluma jadeante.
Se estremecen los poros de la tinta
al rozar la comisura de tu prosa
en verso eréctil.

Venus que busca en tu monte
orgasmos de rimas virginales,
serpenteando los precipicios
del alma y de la mente,
masturbando la consciencia.
Encuentros secretos de besos sin boca,
de tacto sin mano.

Y luego declamar en cuerpo ajeno
tus versos sudorosos.
Y luego brindar por el éxtasis
y el morbo compartidos
a la luz de tu libre desvergüenza.


Y luego emborracharse de coincidencias,
de cómplices placeres,
de reír a carcajadas hurgando
en los rincones que ya no están ocultos.
Y beber hasta quedar saciados
el brebaje de Afrodita.


Yo invito… ¡poema para dos!

Puntos finales…

«En el principio era el Verbo,

y al Verbo lo mataron los puntos finales»

El verdugo

Al final,

cuando todo es ulular de vacíos,

solo quedan las palabras,

que escapan

entre las rejas de lo imposible.

Al final,

cuando el final no ha hecho

más que empezar,

el viento huye por las rendijas

de la deconstrucción.

Al final,

cuando parece que todo

es un pretérito imperfecto de mierda,

lo imperfecto se viste de necesidad

y el escaparate, de sonrisas.

Al final,

cuando lo falso es bocanada de oxígeno,

y la vida un sueño

de pájaros con plumas sintéticas,

los espejos escupen dióxido de carbono.

Al final,

cuando el teatro mágico

“solo para locos”

demuestra que estabas en lo cierto,

los escombros se derrumban de verdades.

Al final,

cuando todo era mentira,

cuando todo eran principios

sin finales,

cuando todo era silbido

que rechina,

cuando todo eran esperas

para nada;

cuando mires y no veas el final…

Ahí,

pon ahí el punto,

el final,

el se acabó,

el que todo lo resume,

el que solo es el final

de un simple párrafo,

de una frase,

de una historia.

Porque al final,

los finales no son más

que una convención gramatical

que tú no decidiste.

¡Romper las reglas!

Eso será lo que

al final te distinga

del común de los finales.

Pellizcos al subconsciente

SoñARTE o el arte de soñar;

sacar escobas encantadas

de la chistera de la luna.

Una bruja

Tú que le hablas a la noche
entre los pliegues de un susurro.
Desdoblas historias flotantes,
arrancas pellizcos al subconsciente,
agotado de berrinches.
Tú que reptas, vuelas, cantas,
gritas, nadas,
añades cerdas a tu escoba en cada luna.
Llueves estrellas sobre el estío.
Riegas con soles tu invierno.
Tú que te hundes
en el regazo alborotado del deseo,
te desprendes de tu clara madrugada.

Dueña,
señora,
maga,
loca,
bohemia,
niña,
mujer,
libre,
soñadora.

PlaÑideras…

MaraÑa de uÑas ponzoÑosas,
araÑas las entraÑas
de los aÑos teñidos de aÑil.

Haces aÑicos, huraÑa,
el presente que extraÑo,
el futuro aÑorado
—engaÑoso es el maÑana—.

BaÑas con sangre, con saÑa,
cuanto empeÑo mi puÑo,
firme o trémulo,
desnudo de hazaÑas,
seÑala.

ExtraÑo muÑón
de puÑal cercenado
tu llanto sin eÑe,
tu paÑo sin LÁGRIMAS.

Cuando muera el hielo

Morirá el hielo
y esparciremos sus cenizas
sobre nuestros labios
resquebrajados,
heridos por la sed.

Llegará el deshielo
con su fiesta
de charcos y brotes.
Nadaré en tu agua entonces
y me tenderás
tu cielo para volar.

Caminaré descalza
sobre la mullida calidez
de tu arena.
Morirá tu ausencia
y brindaremos
con licor de besos
apurando las gotas de las gotas.

El hielo se irá
llevándose el frío
que muerde
mis huesos entumecidos.
Arropará tu alma desnuda
mi piel erizada.

Porque morirá el hielo
abrasado entre tus llamas,
morirá en mi estío
la gélida espera
a manos de tu sol.

Restos de luna

Levanto mis ojos al cielo,
me salpican los restos de luna
que le han sobrado a la noche.
Respiro los colores en suspenso
del único amanecer que tendrá este día.
Sonríen los trinos, borrachos de Vida.


Me dejo arrastrar por las olas
del momento irrepetible,
lleno mi cesta de instantes y sensaciones.
Se ensanchan mis pulmones en cada inspiración;
buscan hueco en mi alma, que se expande
al ritmo del universo
en su incesante peregrinación hacia la infinitud.
Sin límites, sin dualidad,
una con lo Eterno.

Rebosante de preguntas, ebria de misterios,
expectante, entusiasmada,
levanto la mirada.
Me salpican los restos de luna
que le han sobrado a la noche.
Agradezco.
Alzo mis ojos al cielo,
me salpica mi reflejo,
tan mío como cada nueva madrugada.
Amanezco.

Te invito a verbos

¡Ven!

Acompáñame esta tarde…

invito a verbos.

Aparca tu soledad junto a la mía

deseando que no estén cuando volvamos.

Disolvamos prejuicios y deberes

en una taza de café con letras.

Te quiero a cambio solo hecho risa.

Seamos creadores de historias

reales e inventadas,

tan ciertas como los recuerdos

de nuestra mala memoria.

Apoya en el hombro de mi locura

tu sensatez delirante.

Te ofrezco mi poesía envuelta en carcajadas.

Que el verbo puede ser también callar;

que el verbo sea ser libres de mil nudos;

que el verbo sea soñar despiertos.

Te pido a cambio solo tus palabras.

Que el verbo sea sentir y sea cantar,

que el verbo sea leernos las pasiones.

Te busco a cambio solo ritmo y danza.

Que el verbo seas tú,

y el verbo sea yo,

nosotros sin anillos,

nosotros sin relojes,

sin promesas ni destinos.

¡Ven!

Te ofrezco el alquitrán bajo las ruedas,

fumemos el polvo de cien caminos

que esperan posando para nosotros…

Porque hay un nosotros hecho verbo,

hecho caminos de asfalto, música y arena,

y fotos de atardeceres con soles naranjas.

¡Ven!  ¡Suelta la cuerda!

…Que te espero dentro de un reloj

de agujas desgastadas,

sin ruedas ni caminos ni letras

ni ritmo ni pasiones.

¡Maldigo tu cordura!

Y el verbo se me muere

ahogado por anillos y promesas

y deberes y destinos

y tu estúpida apatía… ¡y tu yo!

secuestrado por días insípidos

que se pegan a tu lengua

olvidada de matices.

Entre acordes de guitarra

te pido a cambio solo que seas libre.

¡Ven!

Prometo sazonar de libros

y de ideas y de planes y de retos

el resto de tus lunas.

Te entrego solo a cambio ese verbo

que todo lo engendró

entre nosotros.